Último día de mandato

Se dieron el lujo de insultarla a las 11 y cuarto de la noche, mientras todavía era presidente.

La sociedad argentina está dividida. Mientras algunos lloraban en la plaza el último día del mandato de Cristina Fernández de Kirchner, otros la esperaron en la puerta de su casa para gritarle "chorra" e impedirle bajar en el domicilio que eligió, en Recoleta, como su morada... luego de su paso por la Quinta Presidencial de Olivos.

En su último discurso fue ofensiva, como siempre. Se refirió al "partido judicial", se burló de un supuesto "presidente cautelar" y, con ello... de quienes pidieron la medida y de los jueces y fiscales que la concedieron.  Un bajo respeto por las instituciones que, como presiente durante 12 años, debió fortalecer.   Si la justicia es tan mala es porque ella no ha sabido mejorarla.  Un mandatario no puede quejarse de lo que no supo solucionar sino, más vale, preguntarse cuáles han sido sus fallas.

Pelear con todos fue su lema.  Habló del "pueblo maravilloso" y  señaló con odio a "los que viven en barrio parque", a "los que tienen campo", a "los medios hejemónicos", a "las corporaciones", y criticó a "los empresarios que se enriquecieron durante el gobierno militar". Claramente, si el pueblo es maravilloso, ellos no son parte del pueblo.

Tampoco ha mostrado integridad en sus acciones.  Forjó su fortuna durante los gobiernos militares, y eso sólo amerita que no ofenda a quienes han hecho lo mismo que ella.  Votó por las privatizaciones y podría haber reparado en necesidades de hacer correcciones pero, criticó a "los 90" que no hubieran sucedido sin su apoyo partidario. Reniega de "las corporaciones" pero publicitó sus mejores marcas.

Así Cristina, en su política de inclusión, fue "exclusiva"....  Fortaleció y unió a todos sus enemigos, tal como sucede en los populismos. ,,,,y se atribuyó a sí y a sus seguidores la calidad de "pueblo".

Es cierto que cualquier ciudadano que lo desee puede vivir en Recoleta. Somos un país libre. Pero no es tan así.  Está a la vista que los únicos que no pueden vivir en Recoleta, son los que han ofendido tantas veces, públicamente, "a los que viven en Recoleta".